El sábado se estrenó en Internet el último trabajo de Lynch o, lo que es lo mismo, el último anuncio del bolso Lady Dior , con Marion Cotillard como coprotagonista junto al bolso.
Supongo que cuando la historia que tienes que contar se reduce a "compre usted este bolso tan bonito", las musas se hacen de rogar.
Carey Mulligan, llegando a Cannes, con vestido de Prada.
De todas formas, estamos en los días perfectos para hablar de la vieja, y provechosa, relación entre cine y moda. Justo ahora que se está celebrando el Festival de Cannes que, por suerte o por desgracia, a veces parece crear más espectación por la moda y el lujo que por el cine.
Carey Mulligan, en la rueda de prensa de la película "Wall Street II" celebrada en el Festival de Cannes, con un traje de Roland Mouret.
En fin, quizá la alfombra roja de la ceremonia de los Oscar sea la más famosa del mundo, pero sólo en el Festival de Cannes se pueden ver a tantas estrellas vestidas con lo último y lo más glamuroso -y para todos los gustos-, posando ante las cámaras de la mañana a la noche.
Carey Mulligan, en el estreno de "Wall Street II" en el Festival de Cannes, con un vestido de Azzaro.
Obviamente, la relación entre moda y cine no se agota en las alfombras rojas, verdes y azules que pisan los artistas por todo el mundo, ni en las fiestas que se celebran cada semana. Muchas veces el cine y la televión inspiran a los diseñadores y estilistas, otras tantas el cine y la televisión, sin pretenderlo, acaban creando tendencia - y vocabulario - entre los consumidores sin pagar el peaje de una colección determinada.
En otras ocasiones, la relación es más buscada que casual. Así sucede con los documentales sobre la vida y milagros de diversos diseñadores y revistas estrenados recientemente en festivales de cine, con todos los anuncios que la grandes firmas encargan a grandes directores, y con el vestuario de películas firmado por los creadores de moda del momento que acaba por convertirse en un logro más de la peli, incluso con un único vestido. También hay ocasiones en las que el vestuario es lo único salvable de la cinta.
Sin embargo, igual que el cine es en ocasiones un medio a través del cual denunciar o abrir un debate sobre determinadas cuestiones sociales, religiosas, políticas o económicas, también puede ser (de una forma más frívola) un buen termómetro para las tendencias del momento y las que están por venir.
Superado, en parte, el efecto de la película "Marie Antoinette", de Sofia Coppola, puede decirse que la serie "Mad men" ha sido la influencia que más se ha hecho notar en desfiles, decoración, revistas y estilismos para la alfombra roja y la publicidad. Nostalgia por la década de los sesenta. Y parece que nostalgia también por esa costumbre perdida de vestir con decoro, "buen gusto", formalmente elegante y muy pendientes del qué dirán. Nostalgia por vestir impecable todo el día y para cualquier ocasión.
Un estilo que comparten varias películas estrenadas recientemente, o pendientes de estrenar. Un estilo que solemos asociar a la mal llamada "alta sociedad", aunque entre los miembros de tan selecto grupo también hay clases. Clásicas, conjuntando (que no combinando) colores y texturas, siempre impecables, vestidas con los mejores cortes y tejidos, y con cierta ostentación (de buen gusto, de dinero, de falsa modestia...). De momento el abrigo camel (prenda imprescindible de este estilo) ha vuelto con fuerza este otoño-invierno, y Phoeble Philo se ha encargado que de que el nuevo it bag sea el ideal para conseguir el look. ¿Alguien se apunta? Por supuesto, hablo de vestir de forma impecable, no de comportarse.
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Fotos: Just Jared
Vídeos: You Tube
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